martes, 6 de octubre de 2009












Odio la forma en la que me hablas, y la manera en la que te cortás el pelo
Odio como manejás mi auto
Odio cuando me mirás fijamente
Odio tus enormes y estúpidas botas de combate, y la forma en la que leés mi mente.
Te odio tanto, que hasta me das ganas de vomitar; y encima me haces rimar.
Odio que siempre tengas razón
Odio cuando mentís
Odio cuando me hacés reír y peor aún cuando me hacés llorar
Odio cuando no estás cerca mio, y el hecho de que no llamaste
Pero más que nada odio el hecho de que no te odio
Ni siquiera algo parecido, ni siquiera un poco, nada en absoluto.

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